No hay nada nuevo bajo el sol. Realmente no hay nuevas verdades, la verdad es eterna. De la misma manera, no acepten un concepto por el mero hecho de ser nuevo, es mejor pensar en términos de conceptos verdaderos o falsos. Cuando el diablo comenzó con la rebelión en el cielo, fue con nuevos conceptos, y desde ese momento él parece controlar la agenda de los que le siguen y le hacen caso. Dios no nos llama a nuevos conceptos, sino más bien a nuevas experiencias en la verdad eterna. Después de todo, los evangelios que se han predicado en todo el mundo ahora en el 2000 no son nuevos evangelios sino el antiguo evangelio –¡el evangelio eterno!
Durante esta semana los he estado llamando a una vida santa. En realidad esta vida santa va más allá del estilo de vida de los hombres y mujeres del antiguo testamento, esta vida santa va más alla del pentecostés. Se trata de una experiencia para que el Espíritu Santo nos llene completamente y a su vez tenga cumplimiento la escritura que dice: “Es Cristo en nosotros, la esperanza de gloria,” “Permite que esta mente sea como la de Cristo.” Una experiencia que le de credibilidad a las palabras: “Me deleito en hacer tu voluntad, oh mi Dios, y tu ley esta escrita en mi corazón.”
Ahora en el 2000 esta experiencia de estar llenos del Espíritu Santo, finalmente exhibirá un comportamiento que no se veía desde los días del pentecostés. Y este comportamiento es que la gente guardará los mandamientos sin restarle el 10% como típicamente se hace. Pero de algo si pueden estar seguros: el Espíritu Santo en el 2000 nos dirigirá a toda la verdad.
“Porque hasta vergüenza da hablar de lo que ellos hacen en secreto.” Efesios 5:12. “Por último, hermanos, piensen en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Piense en todo lo que es bueno y merece alabanza.” Filipenses 4:8. El espíritu del hombre es sordo, mudo y ciego. Requiere el cuerpo con sus cinco sentidos si quiere comunicar algo o recibir una comunicación. Una persona totalmente llena del Espíritu Santo será super precavida de no permitir que por sus cinco sentidos pase cualquier cosa que pueda deshonrarlo.
Porque el templo de Dios es santo o sea el templo que somos. Dios nos ordena “debes ser santo como yo soy Santo.” Aquel que profane el templo de Dios, será destruido por Dios mismo. Sí, cualquier cosa impura quedará fuera del cielo. Apocalipsis 21:27 dice que nada impuro entrará al cielo. Entonces podemos deducir que cualquier cosa que profane nuestras almas y ofenda nuestro santo visitante debe ser dejada afuera. Soy sumamente dogmático y estrecho de mente cuando hablo sobre este asunto, tan dogmático como un doctor que te diría que el cianuro mata.
El tema de hoy, el último de la serie: “Mas allá del Pentecostés,” lo he titulado ‘Enemigos de una vida llena del Espíritu.’ En un sentido, ha sido mejor que sea el último de los temas, porque si lo hubieras oído primero, quizás te habrías sentido tan incómodo que no hubieses querido volver para oír el resto. Pero, si has escuchado los otros sermones de esta serie y has hecho el compromiso de orar por el asunto, y si has tomado la decisión de que quieres llenarte con la presencia del Espíritu Santo de Cristo en tu vida y lo has recibido en tu vida y estás dispuesto a decir, “sí, yo tengo el Espíritu Santo, entonces podrás entender claramente lo que les voy a presentar y aunque éstas pueden ser palabras fuertes, me dirán: “pastor, tiene usted toda la razón.”
Antes de comenzar vamos a orar. “Padre Santo... por años tu Espíritu Santo nos ha hablado y ha estado trabajando con nosotros a nuestro alrededor. Te damos gracias porque tu Espíritu nos convence de pecado, de justicia y de juicio. Ahora, Santo Padre, muchos de nosotros hemos pedido que el Espíritu Santo more en nosotros, para que viva con nosotros en su totalidad, Señor. Tú dijiste que le darías tu Espíritu a todos los que te lo pidieran y gracias porque estás contestando nuestras oraciones; pero para muchos de nosotros esto es una nueva relación y conlleva una responsabilidad enorme. Enséñanos como vivir con tu santa presencia no sólo ahora pero por los siglos de los siglos. Amén.”
El cristiano que continua e innecesariamente se expone a escenas que ofenderían a Dios, está dirigiéndose al fracaso en su vida cristiana: y aunque pida el Espíritu Santo un millón de veces, jamás podrá recibirlo y aunque lo haya recibido en algún momento, difícilmente su vida podrá continuar llena del Espíritu. Y aunque alguna vez disfrutara del Espíritu Santo en su vida, lo perderá y peor aún, como reemplazo recibirá un espíritu engañador el cual se proyectará como el espíritu verdadero. Como el piloto de un avión les diría a sus pasajeros, les digo ahora: “por favor cierren las mesas, pongan los asientos en su posición vertical y abróchense los cinturones por el resto del sermón”.
Les suplico que al menos me escuchen. Les voy a hablar abierta y francamente, de hermano a hermano. El hecho de que ustedes crean o no lo que les voy a decir, no es algo entre ustedes y yo. Dado que tengo la esperanza de que ya han invitado al Espíritu Santo a vivir en sus vidas, esto se convierte en un asunto entre ustedes y el Santo Huésped. Si en algún momento han vacilado a medida que han escuchado los sermones de esta semana, lo que les diré ahora, los ayudará a tomar una decisión de uno u otro lado.
Creo de todo corazón que la forma como muchos cristianos miran la televisión, provee un ambiente hostil a la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas. Por favor, ¡no me apaguen! ¡escúchenme! Creo de todo corazón y lo sé por experiencia, que la televisión neutraliza el hambre espiritual y hace impotente la devoción cristiana. La televisión es simplemente un artefacto electrónico, su electricidad no es diabólica, pero los programas que ven muchos cristianos, son una clara evidencia de que definitivamente aman al mundo y cualquiera que ama al mundo, tarde o temprano dejará de sentir el amor del Padre.
Creo de todo corazón que una persona que esté tomando en serio el recibir el Espíritu Santo y su presencia constante tiene que tomar una decisión con respecto a la televisión. Lo que es el cigarrillo para tu salud física es la televisión para tu salud espiritual. Si creen que estoy histérico con el asunto y que estoy exagerando al respecto, entonces explíquenme como reconciliamos la televisión según la ven muchos cristianos y las palabras de Jesús: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia.”
Si creen que me he convertido en una fanático al respecto, entonces explíquenme cómo reconciliamos la televisión según la miran muchos cristianos... y las palabras de Dios cuando nos dice: “Finalmente mis hermanos, cualquier cosa que sea cierta, cualquier cosa que sea honesta, todo lo que sea justo, todo lo que sea puro, todo lo que sea amoroso, todo lo que sea de buen nombre, si hay algo de valor o de alabanza, en esto pensad.”
Una persona podría decirme, “Pastor, lo mucho que ha aprendido lo ha hecho mal pensado, usted no me conoce, gané tres almas el año pasado. Soy maestro de Escuela Sabática, de hecho, soy el pastor de mi iglesia y yo veo televisión.” Escúchenme, les ruego que me escuchen, me preocupa que su conciencia ya esté sellada con una plancha caliente. Porque si continua e innecesariamente nos exponemos a cosas diabólicas, destruiremos nuestra habilidad de discernir entre lo bueno y lo malo. Si no creen lo que les estoy diciendo, ustedes pueden probar mi teoría apagando el televisor por seis meses luego, al final de los seis meses, hablaremos otra vez.
La televisión ha traído una desvastación espiritual y social a nuestra generación. No necesitamos un presupuesto de cinco millones de dólares ni hacer una encuesta a 5,000 personas para reconocer el efecto de la televisión y la devastación social y espiritual que está afectando nuestra generación. Solo tenemos que ver como nos afecta personalmente y a nuestras familias. Algunos dicen, “pero la televisión es un maravilloso instrumento educacional y evangelístico” literalmente depende de como se la mire. Sí es cierto que el huracán Hugo subió el nivel del agua de los lagos de abastecimiento, pero más importante aún fue que trajo muerte, sufrimiento y billones en pérdidas. Sí, todo depende de como se mire... las erupciones volcánicas cubren la tierra con ricos minerales y sedimentos naturales, pero más importante aún es que se pierden vidas, y poblados completos quedan enterrados para siempre. Los volcanes pueden afectar hasta el clima en grandes secciones del planeta.
¿Necesito hablarles más del asunto? Una persona que puede sumar 2+2 puede identificar como la televisión impacta nuestras vidas. Nos aumenta el nivel de estrés en nuestra vida.
1. Estrés -Dios te da suficiente para tus problemas, pero no para los problemas de todo el mundo.
2. Deudas - La propaganda para que compremos cosas materiales nos deja insatisfechos con nuestra vida real. Te dan deseos de tumbar tu casa, botar tu carro. Hasta te dan deseos de hacerte una cirugía plástica. Influye en los hábitos de hacer compras.
3. Moral - Productores de mente enferma.
4. Comunicación con la familia - Programas de televisión que sólo son fantasía, se convierten en el tema de conversación. ¿Se dan cuenta? ...Puras fantasías se convierten en realidad en nuestra mente.
5. Emociones - Viaje a Universal Studios, lloran, se asustan. Exponiendo mis sentimientos por algo que ni siquiera es cierto.
6. Impacto en la Cultura - ropa, vocabulario, dieta.
7. Impacto en como criamos nuestros hijos - Nunca les dije a mis niños que no vieran la TV, simplemente nunca les compramos un televisor. Hay padres que dicen: “nosotros controlamos los programas que los niños ven,” pero como padres al fín, nuestros niños no estarán de acuerdo con los reglamentos que impondremos en este sentido, aun entre el esposo y la esposa, siempre hay uno que es más débil espiritualmente que el otro, y el control de programas puede traer problemas entre ellos.
La TV no es el único impedimento para una vida llena del Espíritu Santo. Hay otro asunto y es la música. Mucha de la música, aun la que llamamos cristiana, que se nos presenta hoy en día es mundana, sensual y diabólica. Algunos dicen que la música es un asunto de gusto personal, y esto es muy cierto. Una vez una persona me dijo que recibe una bendición espiritual cada vez que escucha “rock pesado” religioso.
Si tú y yo no estamos llenos del Espíritu Santo, –la música se queda a un nivel de gusto personal, pero cuando el Espíritu Santo llena nuestras vidas el asunto se torna en “qué tipo de música es la que agrada a Dios?” Algunos dicen, “pero a Dios le gusta cualquier clase de música después que sea para su gloria.” Primero que nada, cómo podemos decir que a Él le gusta cualquier clase de música, cuando a nosotros no nos gusta toda clase de música? En segundo lugar, cualquier música no puede considerarse para la gloria de Dios, de la misma forma que no podemos decir que todo lo que nos podemos comer sirve para alimentarnos. Pero ya está bueno de esto, simplemente creo y digo por mi propia experiencia que a medida que permitamos que el Espíritu Santo llene nuestras vidas, este proceso también cambiará nuestro gusto por la música. Yo creo que Jesús no andaba con pecadores que les gustaba el pecado, sino más bien con pecadores que estaban tratando de despojarse del pecado.
Personalmente, no puedo imaginarme a Jesús, de quien sabemos convirtió a prostitutas, andando por distritos donde se mercadea la prostitución, o visitando librerías pornográficas para tratar de ‘salvar’ a los pervertidos que se encuentran allí. Las escrituras nos dicen: “¿puede una persona tocar el fuego sin quemarse?
Una persona llena del Espíritu va a ministrar a los pecadores no al pecado. Una persona llena del Espíritu será guiada, a medida que se mueve en este ambiente pecaminoso, por la oración de Jesús que dice... “Padre no te pido que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.”
Otro enemigo para una vida llena del Espíritu puede ser causado por la lectura incorrecta. La palabra escrita es la mejor herramienta que Dios hizo para salvar al mundo, pero desafortunadamente es la mejor herramienta del diablo para destruir al hombre también. Si tú has recibido el Espíritu Santo en tu vida durante esta semana, definitivamente ahora serás más cuidadoso con el tipo de libros que lees y el tipo de revistas que miras. Algunos cristianos continuamente envenenan sus mentes con su lectura y el tipo de revistas que compran. Es posible que algunos de ustedes anteriormente estuvieran haciendo algunas de estas cosas, pero si en algún momento practicamos estas cosas, hagamos lo que el apóstol Pablo relata en su carta a los Corintios, si en verdad has recibido al Espíritu Santo de todo corazón, harás lo que hicieron los efesios que quemaron en una fogata los libros y revistas diabólicas.
Muchos cristianos que han aceptado la salvación todavía están dudando entre dos opiniones. Dicen: Queremos ser salvos, pero realmente no creemos que ver las telenovelas puede hacer una diferencia.
Las buenas noticias van ahora.. Ahora que has invitado y recibido al Espíritu Santo en tu corazón, tu mente esta ya determinada. Ahora podrás ver como la luz no tiene relación con la oscuridad. Sabemos de todo corazón que no podemos estar de los dos lados a la misma vez y que la amistad con el mundo implica que estamos en contra de Dios, y si somos amigos del mundo, definitivamente le estamos diciendo a Dios de qué lado estamos.
Durante esta semana hemos presentado una serie de sermones que hemos titulado: Mas Allá del Pentecostés, quizás ustedes me dirán: “Pastor O’Ffill, usted nos ha pedido que recibamos el Espíritu Santo, ¿tienes usted el Espíritu Santo? ¿Lo ha recibido usted?” ¡Sí! Jesús me prometió darme el Espíritu Santo si se lo pedía. Así lo hice, ... y Él me lo ha dado. “Pastor, esto quiere decir que ahora se considera mejor que cualquier otra persona?”
“Hermanos, no considero que yo mismo lo haya alcanzado ya, pero uno una cosa hago; olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio para el que Dios me ha llamado, al cielo en Cristo.” Algunos dirán. “Pero esto me suena a justificación por obras.” No, mi hermano, hermana, si entienden esto me han mal interpretado, no les he estado hablando de justificación por las obras, pero mas bien los resultados de la fe que surgen de una vida llena del Espíritu.
Mientras oramos juntos, agradezcamos a Dios que Él nos ha dado el Espíritu Santo para que more en nosotros. ¡Demos gracias por su invisible regalo!
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