23/04/2012

Cristo es tanto Dios como Hombre

El tema de la redención será la ciencia y el canto por las edades eternas, y bien puede ocupar nuestras mentes durante nuestra breve morada aquí. No hay ninguna otra porción de ese gran tema que demande tanto de nuestras mentes a fin de poder apreciarlo, como el tema que vamos a estudiar esta noche: "el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros". Por Él "fueron hechas" todas las cosas. Ahora, Él mismo "fue hecho". El que tenía toda la gloria con el Padre, la deja a un lado, y es hecho carne. Deja a un lado su modo divino de existencia, y toma el del hombre; y Dios se manifiesta en la carne. Esa verdad es el fundamento mismo de toda verdad.
Fil. 2:5-8 “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”
¿Qué clase de CARNE? Carne de pecado
Juan 1:14 “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros...”
Fil. 2:7,8 “tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres... y estando en la condición de hombre...”
Rom. 8:3,4 “Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Rom. 1:3 “acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne”
Salmos 51:5 “He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.”
Heb. 2:14 “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo”
1Cor. 15:50 “Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.”
Heb. 2:16-18 “Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham.
Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.”
2Cor. 5:21 “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.”
Gál. 4:4,5 “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.”
Heb. 4:15,16 “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Heb. 5:7-10 “Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.”
Algunos pueden pensar, por lo expuesto hasta aquí, que rebajamos el carácter de Jesús, por denigrarlo hasta al nivel del hombre pecaminoso. Al contrario, estamos precisamente exaltando el poder divino de nuestro bendito Salvador, quien descendió voluntariamente al nivel del hombre pecaminoso, para que pudiera exaltar al hombre a su propia pureza inmaculada, la cual retuvo bajo las circunstancias más adversas. Su humanidade solamente veló su naturaleza divina, por la cual estaba conectado inseparablemente con el Dios invisible, y que fue más que capaz de resistir exitosamente la debilidad de la carne. Hubo en toda su vida una lucha. La carne, afectada por el enemigo de toda justicia, tendía a pecar, sin embargo su naturaleza divina nunca albergó, ni por un momento, un mal deseo, ni vaciló jamás su poder divino. Habiendo sufrido en la carne todo lo que la humanidad pueda jamás sufrir, regresó al trono del Padre tan inmaculado como cuando dejó las cortes de gloria.
Cuando descendió a la tumba bajo el poder de la muerte, no pudo ser retenido por ella, porque "no tenía pecado". Pero alguien dirá: 'No encuentro consuelo en eso. Dispongo ciertamente de un ejemplo, pero no puedo seguirlo, ya que carezco del poder que Cristo tuvo. Él fue Dios aún mientras estaba aquí en la tierra; yo no soy más que un hombre'. –Sí, pero puedes tener el mismo poder que él tuvo, si así lo deseas. Él estuvo "rodeado de flaqueza", sin embargo "no hizo pecado" por el poder Divino habitando constantemente en él.
Ahora escucha las inspiradas palabras del apóstol Pablo, y ve lo que es tu privilegio obtener:
Efe. 3:14-19 “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.”
Gál. 4:6 “Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!
Fil. 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
Es necesario levantar a Cristo para salvación de la humanidad Juan 3:14, 15 “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Este "levantar" a Jesús, si bien hace referencia primariamente a su crucifixión, abarca más que el mero hecho histórico; significa que Cristo debe ser "levantado" por todos los que crean en él como el Redentor crucificado, cuya gracia y gloria son capaces de suplir toda necesidad humana. Significa que debe ser "levantado" en toda su inmensa hermosura y poder como "Dios con nosotros," para que su atractivo divino pueda entonces llevarnos a él.
Juan 12:32 “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.”

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