Quisiera que vuestras mentes capten la verdad de que, tanto si un hombre se arrepiente, como si no lo hace, Jesucristo ha llevado sus dolores, sus pecados, sus pesares, y se lo invita a que los deposite sobre Cristo. Aunque todo pecador en este mundo se arrepintiese con toda su alma, y volviese a Cristo, el precio se pagó ya con anterioridad. Jesús no esperó hasta que nos arrepintiésemos, antes de morir por nosotros. "Siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Rom. 5:8). "En esto consiste el amor: No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados" (1 Juan 4:10). Cristo murió por el bien de cada alma aquí reunida; ha llevado sus penas y dolores; pide simplemente que las depositemos sobre Él, y le permitamos que las lleve.
Sem comentários:
Enviar um comentário