28/02/2013
CRISTO ES LA DULCE FRAGANCIA
LA CRISTIANDAD AUTENTICA
SIGUE AL LIDER (II Corintios 2:14)
El apóstol Pablo figura a Cristo a la cabeza de la
procesión de la victoria, y nosotros le seguimos a El en celebración triunfante
como el vencedor universal.
Cristo
es el vencedor universal marchando en triunfo, a través de los corredores en el
tiempo del mundo vencido. El está en el
principio y nosotros, sus guerreros escogidos marchando atrás de él, gozándonos
del beneficio de su conquista. Aquellos
que marchan en la procesión de Cristo están emitiendo toda la fragancia dulce del conocimiento de
él.
Nosotros
triunfamos solamente si habitamos en
él.
|
|
A QUE HUELO YO? (II Corintios 2:14-17)
Porque para Dios somos olor fragante
de Cristo en los que se salvan y en los que se pierden. A los unos, olor de
muerte para muerte; mientras que a los otros, olor de vida para vida. Y para
estas cosas, ¿quién es suficiente? (Versos 15 y 16)
El Nuevo
Testamento nos enseña el sacerdocio de cada creyente. Cada Cristiano es un representativo de la
intersección de Cristo en beneficio de la humanidad perdida. Nosotros somos sus sacerdotes. Mientras habitamos en Cristo dispersamos la
fragancia dulce de su evangelio. Con
sinceridad predicamos a Cristo, y aquellos quienes están siendo salvados es el
olor de la vida eterna. El Evangelio de Cristo trae una fragancia dulce a
aquellos que están siendo salvados.
Tiene el aroma de La Victoria.
¿Quien es competente a semejante
responsabilidad?
¿Podrían nuestros
pensamientos de Jesucristo ser traídos a la luz completa del día? ¿Podrían
nuestras motivaciones internas ser
sacadas fuera al resplandor completo de Su luz?
El puede ayudarnos a aclarar nuestro carácter y motivos de servicio para
poder ser llenados de su fragancia. Y
esto viene de un corazón puro.
¿QUÉ TAN BELLA ES LA VASIJA? (
4:7-18)
Dios usa vasijas de barro para contener su
fragancia.
La NASB
dice, “Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no
desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos;
donde quiera que vamos, siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús,
para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo”
(4:8-11).
Hay
otros tiempos cuando nos sentimos como si fuésemos tirados con fuerza como
cuando un luchador tira a su oponente al
piso, o dominado a alguien con una espada.
DIOS QUIEBRA TU VASIJA
¿Cuál es el proceso que El esta hoy usando en tu
vida ?
Nuevas
fuerzas tendrán;
Correrán
y no se fatigaran
Caminaran y no se cansaran.
Porque, si
acaso quisiera gloriarme, no Sería yo insensato, pues Diría la verdad. Pero
desisto, para que nadie piense de Mí Más de lo que ve en Mí u oye de Mí. Y para
que no me exalte desmedidamente por la grandeza de las revelaciones, me ha sido
dado un Aguijón en la carne, un mensajero de Satanás, que me abofetee para que
no me enaltezca demasiado. En cuanto a esto, tres veces he rogado al Señor que
lo quite de Mí; y me ha dicho: "Bástate mi gracia, porque mi poder se
perfecciona en tu debilidad." Por tanto, de buena gana me gloriaré Más bien en
mis debilidades, para que habite en Mí el poder de Cristo. Por eso me complazco
en las debilidades, afrentas, necesidades, persecuciones y angustias por la
causa de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. (II Corintios
12:6-10).
¿Que es
lo que yo huelo? ¿Qué estas tu vistiendo? Cada domingo en la Iglesia me paseo
por en medio de la congregación siento, huelo una fragancia dulce y
edificante. Yo pienso en los santos que
ya se han marchado de nosotros con dolor y sufrimiento terrible, y sus vidas han
sido como una fragancia dulce en la gracia de Dios.
(c)
2002 Mensaje por Wil
Pounds. Traducido por Víctor Manuel Castro. Cualquier persona es libre de usar y
distribuir este material, pero no puede ser vendido bajo ninguna circunstancia,
y sin la autorización del autor. Citas de la
escritura de la Nueva Versión Internacional
(NVI).
14/02/2013
CAMINAR AL PASO DE LOS NIÑOS
Es mejor que mi señor se adelante a su siervo, que yo seguiré al paso de la
manada y de los niños, hasta que nos encontremos en Seír. Génesis 33:14.
La vorágine de nuestros días, que nos presiona
para realizar todo a mayor velocidad, todo tiene un plazo que vence y nos insta
a correr para llegar a tiempo. En esa
premura podemos olvidar que como hogar, como iglesia y como sociedad no
caminamos solos, junto a nosotros van nuestros niños, el peligro es que nos
olvidemos de esto y recordarlo demasiado tarde, y ellos estén tan atrás que no
nos puedan alcanzar. Hay riesgos que
ellos enfrentan en la vida actual. La Biblia nos invita a caminar al paso de
los niños, recorrer el camino junto a ellos.
Ellos requieren de adultos que los amen, cercanos e interesados en sus
necesidades, que dedican tiempo para compartir de su compañía y que sean
modelos a quienes seguir.
Hoy los niños enfrentan riesgos en su crecimiento.
Situaciones difíciles, muchas de ellas complejas y muy difíciles de sobrellevar
e incluso de entender. La primera es la violencia, un mal social horrible que
somete al miedo y al dolor a los niños.
Ésta se encuentra presente para algunos en todos lados, pues conviven
con ella en su hogar, vecindario, colegio, en el país, en los programas que ven
en la televisión, por ello socialmente es aceptada en algunos estratos de la
comunidad, sintiéndola como una defensa para enfrentar la vida. Niños violentados física, mental, social y
sexualmente aparecen frecuentemente en las noticias, mostrándonos la peor cara
de nuestra “humanidad”.
La segunda situación de riesgo para los niños es
cercana a esta, diríamos que es una violencia pasiva, este es el abandono y la
indiferencia. Esta realidad no es
difícil de encontrar, no pensemos que solamente es ver a un niño en la calle
practicando la mendicidad, la drogadicción, la prostitución (aunque nos duela
el corazón de sólo mencionarla), etc.
También se puede considerar a aquellos padres que por razones de las
autoexigencias sociales, trabajan los dos en casa, todos los días de la semana
y hasta bien tarde, es válido
preguntarnos ante esta realidad, ¿quién forma a nuestros hijos cuando no
estamos en casa? Posibles respuestas pueden ser la tecnología, internet con
toda la variedad que trae, salas de chat, juegos online, y las comunidades como
facebook, twitter, los blogs, fotolog.
Además el peligro asociado a los contenidos y las personas que acechan
en la web. Los videojuegos son otra práctica común entre los niños y
adolescentes que permean su mente, formando o malformando su carácter y
personalidad.
Un tercer elemento es la sobreprotección y sobrevaloración. La primera está basada en el temor a que nuestros hijos sean
dañados en el medio que se desarrollan, por ello algunos padres limitan
exageradamente todo contacto de los suyos con sus semejantes, produciendo en la
práctica asfixia social, algo así como
una burbuja, como resultado de esta actitud encontramos niños socialmente
invisibles, muy tímidos, sin pensamientos propios, sin carácter y
personalidad. La sobrevaloración
también es una exageración, de las
virtudes de los niños, haciéndole sentir como la única persona del mundo. Fruto de todo esto encontramos niños altivos,
desafiantes, ególatras, vanidosos.
Características que les generarán seguramente mucha soledad en el
presente y en el futuro.
¿Cómo enfrentar estas situaciones y formar
correctamente a nuestros pequeños?.
El texto
bíblico nos plantea un desafío dado por Jacob, caminar al paso de los niños.
Entender esto es importante para producir un carácter cristiano maduro en lo
futuro. En la metáfora del caminar,
nuestros niños no requieren que los empujemos a caminar, tampoco que los
abandonemos en su caminar, ni que
caminemos por ellos o que nos quedemos admirando su caminar.
El Señor nos mostró en su actuar como
hacerlo. El primer factor protector es
el amor, manifestado en nuestro Salvador, fruto del Espíritu Santo, el
principal regalo de Dios en nuestra comunión con él. El amor dará a la familia paz, armonía, afecto,
felicidad que se transmitirá en las cosas cotidianas. Caminar al paso de los niños requiere un amor
profundo por ellos, de manera honesta,
cariñosa, alegre. Hará la experiencia
cotidiana algo bello, cálido y feliz.
Caminar al paso de los niños también requiere
cercanía, así como Jesús vino al mundo a salvar a los perdidos, se acercó para
compartir nuestra humanidad. Los menores
requieren que estemos cerca, caminar juntos la vida. La seguridad que brinda a un niño la
presencia de un adulto significativo es fundamental en su desarrollo emocional,
intelectual y social. Compartir
experiencias juntos, puede ser el culto familiar, una tarea, un campamento de
conquistadores, una caminata, un juego en el parque, etc. Hay tantas oportunidades para estar cerca de
ellos, debemos aprovechar la mayor parte, una madre o un padre, ambos o un
adulto que está a cargo de niños si es cercano desde pequeño a un ser humano,
tendrá la bendición de ser siempre parte de su vida.
El último elemento a destacar es el ejemplo,
cuando caminamos al paso de los niños, ellos nos miran como caminamos, la imitación de nuestros pasos es inevitable.
Es por esto que somos responsables ante Dios por el ejemplo que legamos a
nuestra descendencia o a aquellos de quienes estamos a cargo.
Estos elementos protectores son válidos para los
hogares, para los profesores, capellanes, pastores, preceptores. Para todo aquel que esté interesado en
caminar al paso de los niños.
Pastor Juan Carlos Carvacho
04/02/2013
La Justificación por la Fe y la Justicia Imputada
Dios es un Dios justo, y Él es el que justifica a la persona
que tiene fe en Jesucristo (Romanos 3:26).
Esta es una de esas verdades importantes que separan la
histórica Bíblica del cristianismo de
los cultos religiosos.
El pecador creyente es "justificado gratuitamente por
su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como
propiciación por medio de la fe en su sangre" (v. 24-25).
Dios es un Dios justo, y la justificación del pecador debe
llevarse a cabo en perfecta armonía con la justicia de Dios. Incluso en la
justificación de la santidad de Dios, el pecador debe ser conservado y
demostrado. Todos los requisitos de la ley deben ser satisfechos, y el carácter
infinitamente santo de Dios debe ser satisfecho.
La ley impone una doble exigencia a los pecadores, ya que
requiere su obediencia total a sus preceptos, y su resistencia total, de su
pena cuando se rompe la ley.
¿Cómo alguien puede cumplir esta condición, ya que es un
hecho universal de que "todos pecaron y están destituidos de la gloria de
Dios"? La única manera es que Dios provea lo que el hombre no puede hacer.
En la gracia de Dios ya ha cumplido con estos requisitos, y pagado en su total
la pena, mediante el envío de su Hijo "nacido bajo la ley" (Gálatas
4:4) y "haciéndose obediente hasta la muerte" (Fil. 2:8).
La vida de Cristo de justicia culminó en su muerte, la
muerte de los injustos y el cumplimiento de la voluntad de Dios. Jesús Cristo
llevó la maldición penal de la ley en el lugar del pecador y por lo tanto hizo
la propiciación por el pecador (Romanos 3:25). Sobre la base de la vida y la
muerte de Cristo sin pecado "Allí resultó la justificación de vida para
todos los hombres" (5:18).
La ley ha sido perfectamente cumplida por Jesucristo
actuando en nombre de, y en nombre del pecador que cree. Las reclamaciones de
la ley sobre el pecador culpable han sido plenamente satisfechas.
Por otra parte, sobre la base de la obediencia perfecta de
Cristo, Dios no imputa el pecado, pero si imputa la justicia de su Hijo, a los
pecadores que creen en Él (4:2-8, 5:19).
Esta justicia imputada es totalmente aparte de las obras del
pecador. Dios proporciona su propia honradez perfecta a la cuenta del creyente.
En tanto en el Antiguo y el Nuevo Testamento, la
justificación sólo se utiliza en una interpretación legal o forense. La
justificación no significa "ser justo u honrado", pero si
"declarar judicialmente que uno está en armonía con la ley." Una
persona justa es aquella que ha sido declarada por Dios para ser libre de
culpa.
Dios acredita la honradez sobre la base de una persona que
pone su fe en Jesucristo. Esta declaración es definitiva e irrevocable en el
momento que la persona es declarada justa (3:28, 5:1, 8:1).
Nuestra necesidad de justificación sólo puede alcanzarse si
la justicia de Dios se atribuye a nosotros.
El cambio divino ocurrió cuando "el Hijo de Dios aunque
intachablemente puro tomara nuestros pecados y en la vuelta nos viste con su
pureza", señala John Calvin
La justicia es imputada por la unión vital del creyente con
Cristo. El creyente es "en Cristo" y no la justicia de Cristo es
imputada a él. El cristiano es por lo tanto legalmente declarado sólo sobre la
base del sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz. Legalmente ahora tenemos
una justicia perfecta ante un santo y justo Dios (2 Cor. 5:21).
El creyente es justo ante Dios por la sencilla razón de que
Cristo, la cabeza, era justo delante de Dios, y él es uno con Él y comparten
ese estado y la aceptación ante Dios. Dios declara al pecador que cree, justo,
porque reconoce que él es justo. Se trata de un acto judicial o forense de
Dios.
Dios declara al pecador, que cree, justo en Su presencia. El
pecador ya no es condenado, y ya no es castigado con la pena de la ley. El
pecador justificado, tiene ahora el derecho de todos los privilegios a todos
los que han mantenido perfectamente la ley.
La justificación no significa hacer a una persona justa por
la renovación espiritual (Romanos 4:5-8). Dios confiere un estatus legal en el
creyente cancelando toda responsabilidad legal. Es importante declarar que la
justificación es una sentencia dictada en el hombre, no un trabajo forjado en
el hombre. El trabajo en un creyente es la santificación. La justificación es
un don de Dios de un estado y una relación a El, no un nuevo corazón. Un
corazón nuevo es la regeneración. Ciertamente, Dios regenera a quien Él
justifica, pero las dos cosas no son lo mismo y debemos dejar eso muy claro en
nuestras mentes.
Sobre la base de la justicia imputada de Jesucristo, Dios
ahora trata a cada creyente en Cristo, como si ellos son justos.
Subscrever:
Mensagens (Atom)