04/02/2013

La Justificación por la Fe y la Justicia Imputada

Dios es un Dios justo, y Él es el que justifica a la persona que tiene fe en Jesucristo (Romanos 3:26).
Esta es una de esas verdades importantes que separan la histórica Bíblica del cristianismo  de los cultos religiosos.
El pecador creyente es "justificado gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre" (v. 24-25).
Dios es un Dios justo, y la justificación del pecador debe llevarse a cabo en perfecta armonía con la justicia de Dios. Incluso en la justificación de la santidad de Dios, el pecador debe ser conservado y demostrado. Todos los requisitos de la ley deben ser satisfechos, y el carácter infinitamente santo de Dios debe ser satisfecho.
La ley impone una doble exigencia a los pecadores, ya que requiere su obediencia total a sus preceptos, y su resistencia total, de su pena cuando se rompe la ley.
¿Cómo alguien puede cumplir esta condición, ya que es un hecho universal de que "todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios"? La única manera es que Dios provea lo que el hombre no puede hacer. En la gracia de Dios ya ha cumplido con estos requisitos, y pagado en su total la pena, mediante el envío de su Hijo "nacido bajo la ley" (Gálatas 4:4) y "haciéndose obediente hasta la muerte" (Fil. 2:8).
La vida de Cristo de justicia culminó en su muerte, la muerte de los injustos y el cumplimiento de la voluntad de Dios. Jesús Cristo llevó la maldición penal de la ley en el lugar del pecador y por lo tanto hizo la propiciación por el pecador (Romanos 3:25). Sobre la base de la vida y la muerte de Cristo sin pecado "Allí resultó la justificación de vida para todos los hombres" (5:18).
La ley ha sido perfectamente cumplida por Jesucristo actuando en nombre de, y en nombre del pecador que cree. Las reclamaciones de la ley sobre el pecador culpable han sido plenamente satisfechas.
Por otra parte, sobre la base de la obediencia perfecta de Cristo, Dios no imputa el pecado, pero si imputa la justicia de su Hijo, a los pecadores que creen en Él (4:2-8, 5:19).
Esta justicia imputada es totalmente aparte de las obras del pecador. Dios proporciona su propia honradez perfecta a la cuenta del creyente.
En tanto en el Antiguo y el Nuevo Testamento, la justificación sólo se utiliza en una interpretación legal o forense. La justificación no significa "ser justo u honrado", pero si "declarar judicialmente que uno está en armonía con la ley." Una persona justa es aquella que ha sido declarada por Dios para ser libre de culpa.
Dios acredita la honradez sobre la base de una persona que pone su fe en Jesucristo. Esta declaración es definitiva e irrevocable en el momento que la persona es declarada justa (3:28, 5:1, 8:1).
Nuestra necesidad de justificación sólo puede alcanzarse si la justicia de Dios se atribuye a nosotros.
El cambio divino ocurrió cuando "el Hijo de Dios aunque intachablemente puro tomara nuestros pecados y en la vuelta nos viste con su pureza", señala John Calvin
La justicia es imputada por la unión vital del creyente con Cristo. El creyente es "en Cristo" y no la justicia de Cristo es imputada a él. El cristiano es por lo tanto legalmente declarado sólo sobre la base del sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz. Legalmente ahora tenemos una  justicia perfecta  ante un santo y justo Dios (2 Cor. 5:21).
El creyente es justo ante Dios por la sencilla razón de que Cristo, la cabeza, era justo delante de Dios, y él es uno con Él y comparten ese estado y la aceptación ante Dios. Dios declara al pecador que cree, justo, porque reconoce que él es justo. Se trata de un acto judicial o forense de Dios.
Dios declara al pecador, que cree, justo en Su presencia. El pecador ya no es condenado, y ya no es castigado con la pena de la ley. El pecador justificado, tiene ahora el derecho de todos los privilegios a todos los que han mantenido perfectamente la ley.
La justificación no significa hacer a una persona justa por la renovación espiritual (Romanos 4:5-8). Dios confiere un estatus legal en el creyente cancelando toda responsabilidad legal. Es importante declarar que la justificación es una sentencia dictada en el hombre, no un trabajo forjado en el hombre. El trabajo en un creyente es la santificación. La justificación es un don de Dios de un estado y una relación a El, no un nuevo corazón. Un corazón nuevo es la regeneración. Ciertamente, Dios regenera a quien Él justifica, pero las dos cosas no son lo mismo y debemos dejar eso muy claro en nuestras mentes.
Sobre la base de la justicia imputada de Jesucristo, Dios ahora trata a cada creyente en Cristo, como si ellos son justos.

27/01/2013

CAMINAR AL PASO DE LOS NIÑOS

Es mejor que mi señor se adelante a su siervo, que yo seguiré al paso de la manada y de los niños, hasta que nos encontremos en Seír.  Génesis 33:14.

La vorágine de nuestros días, que nos presiona para realizar todo a mayor velocidad, todo tiene un plazo que vence y nos insta a correr para llegar a tiempo.  En esa premura podemos olvidar que como hogar, como iglesia y como sociedad no caminamos solos, junto a nosotros van nuestros niños, el peligro es que nos olvidemos de esto y recordarlo demasiado tarde, y ellos estén tan atrás que no nos puedan alcanzar.  Hay riesgos que ellos enfrentan en la vida actual. La Biblia nos invita a caminar al paso de los niños, recorrer el camino junto a ellos.  Ellos requieren de adultos que los amen, cercanos e interesados en sus necesidades, que dedican tiempo para compartir de su compañía y que sean modelos a quienes seguir.
Hoy los niños enfrentan riesgos en su crecimiento. Situaciones difíciles, muchas de ellas complejas y muy difíciles de sobrellevar e incluso de entender.  La primera  es la violencia, un mal social horrible que somete al miedo y al dolor a los niños.  Ésta se encuentra presente para algunos en todos lados, pues conviven con ella en su hogar,  vecindario,  colegio, en el país, en los programas que ven en la televisión, por ello socialmente es aceptada en algunos estratos de la comunidad, sintiéndola como una defensa para enfrentar la vida.  Niños violentados física, mental, social y sexualmente aparecen

24/01/2013

ESPERANDO SU VENIDA

Introducción:

Texto Clave: “Pero él respondiendo dijo: "De cierto os digo que no os conozco.  Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora.”  Mateo 25:12,13.
Pregunta Clave: ¿Qué significa prepararse para la venida de Cristo?

Propósito: Motivar a la iglesia a tener una profunda comunión con Dios, en preparación para la segunda venida de Cristo.

I.         Las vírgenes :
Las vírgenes representan a  dos clases de personas  que profesan estar esperando a su Señor.

Representan a la iglesia previa a la segunda de Cristo.  Se les llama así por la fe que profesan es pura, son parte de la iglesia verdadera, son la descendencia de la mujer pura, vestida de sol de Apocalipsis.  Aquella contra la cual el dragón tendría guerra, son los que guardan los mandamientos y tienen la fe de Jesús.

Tenían lámparas en sus manos:   éstas representan la Palabra de Dios que iluminaba su senda en la oscuridad de la noche.

El aceite representa el Espíritu Santo, que debe ser la fuente de combustible para las lámparas.

Zacarías 4:6: “Entonces me explicó diciendo: —Esta es la palabra de Jehová para Zorobabel: "No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los Ejércitos.”

Los logros de Zorobabel no se debían a su liderazgo político, sino  al poder del Espíritu Santo ministrado a través de sus instrumentos.

II.        Las vírgenes sensatas e insensatas.

La clase representada por las vírgenes fatuas no está formada de hipócritas.  Sus componentes manifiestan respeto por la verdad, la han defendido, y son atraídos hacia aquellos que la creen; pero no se han rendido a si mismos a la obra del Espíritu Santo.  No han caído sobre la Roca, Cristo Jesús, y permitido que su vieja naturaleza fuera quebrantada.  Esta clase se halla simbolizada también por los oyentes representados por el terreno rocoso.  Reciben la palabra con prontitud, pero no asimilan sus principios.  La influencia de la palabra no es permanente.

III.      Los adventistas del tiempo del fin.
En la parábola todas las vírgenes salieron a recibir al esposo.  Todas tenían lámparas y vasijas para aceite.  Por un tiempo parecía no haber diferencia entre ellas.  Tal ocurre con la iglesia que vive precisamente antes de la segunda venida de Cristo.  Todos tienen el conocimiento de las Escrituras.  Todos han oído el mensaje de la pronta venida de Cristo, y esperan confiadamente su aparición.  Pero así como ocurrió en la parábola, ocurre hoy en día.  Interviene un tiempo de espera, la fe es probada; y cuando se oye el clamor: "He aquí, el esposo viene; salid a recibirle", muchos no están listos.  No tienen aceite en sus vasijas para las lámparas.  Están destituidos del Espíritu Santo.”  PVGM. Página 337.

Pero las personas representadas por las vírgenes fatuas se han contentado con una obra superficial.  No conocen a Dios.  No han estudiado su carácter; no han mantenido comunión con él; por lo tanto no saben cómo confiar en él, cómo mirarlo y cómo vivir.  Su servicio a Dios degenera en formulismo.  "Vendrán a ti como viene el pueblo, y se estarán delante de ti como mi pueblo, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia".

En esta vida no han practicado el compañerismo con Cristo; por lo tanto no conocen el lenguaje del cielo, son extraños a sus gozos.  "¿Quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?  Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios".*

No podemos mantener a Cristo lejos de nuestra vida aquí, y sin embargo ser hechos idóneos para su compañerismo en el cielo.

La luz de las lámparas en la noche representa el testimonio de cada hijo de Dios en este mundo de oscuridad.

El hizo que "de las tinieblas resplandeciese la luz"(2ª Cor. 4:6) Cuando "la tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas estaban sobre la haz del abismo", "el Espíritu de Dios se movía sobre la haz de las aguas.  Y dijo Dios: Sea la luz: y fue la luz".(Gén. 1:,3)  De la misma manera, en la noche de las tinieblas  espirituales, es emitida la orden divina: "Sea la luz".  El dice a su pueblo: "Levántate, resplandece, que ha venido tu lumbre, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti". "He aquí -dicen las Escrituras- que tinieblas cubrirán la tierra y oscuridad los pueblos: mas sobre ti nacerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria".  (Isaías 60:1,2)

Conclusión:
Los cristianos que no tengan un íntimo conocimiento de Dios, que no hayan experimentado con Dios, que no tengan en su vida la unción del Espíritu Santo recibirán las palabras, no os conozco.

Prepararse para la segunda venida de Cristo es pasar tiempo con la fuente de poder espiritual, no con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu. Dice el Señor.

“Estos han vivido en contacto íntimo, en constante comunión con Dios.  Sobre ellos ha nacido la gloria del Señor.  En ellos se ha reflejado la luz del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.  Ahora se regocijan en los rayos no empañados de la refulgencia y gloria del Rey en su majestad.  Están preparados para la comunión del cielo; pues tienen el cielo en sus corazones.

Con cabezas levantadas, con los alegres rayos del Sol de Justicia brillando sobre ellos, regocijándose porque su redención se acerca, salen al encuentro del Esposo, diciendo: "He aquí éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará". Isaías 25:9

14/01/2013

LA DULCE FRAGANCIA EN VIEJAS VASIJAS DE BARRO


Un día mientras caminaba cerca en la ciudad de Sófia, Bulgaria, (Bulgaria es conocida en el mundo por su fragancia de las rosas) yo miré un rotulo que decía: “ Los viejos pescadores nunca mueren, Su olor  es de muerte!”  El rotulo me recuerda a la cristiandad carnal que siempre tienen ese olor de la muerte.  Tienen mal olor. Tienen una hediondez repulsiva.

Sin embargo. hay  algo fresco y agradable  cuando una  bella jovencita entra al cuarto usando la  loción  Chanel  #5.  El aroma no te da más poder, pero cuando ella se vá la fragancia dulce  penetra en ti por unos instantes.  Tu puedes sentir la misma fragancia en otra persona días después y eso te recuerda  aquella  bella joven  . Asi es  con una cristiandad autentica. Aquellos quienes aman al Señor Jesús exhalan una amorosa aroma.

Esa distintiva y dulce aroma es el Espíritu de Dios imprimiendo su fruto en las vidas de los creyentes.  Hay congregaciones llenos del  Espíritu alrededor de todo el mundo que tienen esa fragancia distintiva de la presencia de Cristo llenándoles.  Es un Bouquet rico del fruto del Espíritu.

Recientemente estuve en el funeral de un cristiano amado cuyos caminos con Cristo fueron como un Bouquet rico que producía su fragancia.  Yo pensé que palabra  describiría a este bello santo?.  Mi mente inmediatamente reflejó en amor, gozo, paz, paciencia, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio.

LA CRISTIANDAD AUTENTICA  SIGUE AL LIDER (II Corintios 2:14)

El apóstol Pablo figura a Cristo a la cabeza de la procesión de la victoria, y nosotros le seguimos a El en celebración triunfante como el vencedor universal. El es el Rey de Reyes y Señor de Señores.

Pablo escribió, “Pero gracias a Dios, que hace que siempre triunfemos en Cristo y que manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento por medio de nosotros ”(II Corintios 2:14).

Pablo tuvo en mente el Triunfo Romano.  La ilustración es la entrada triunfal de un héroe militar a la ciudad de Roma.  En una procesión triunfante los generales de victoria marcharon en un cierto orden por las calles de  Roma al Capitolio.  Primero vinieron los magistrados, oficiales del Estado seguidos por el Senado Romano y después los de las trompetas.  Por ultimo iban los soldados quienes llevaban su botín tomado de los vencidos.  La siguiente ilustración y modelos de las ciudadelas y barcos vencidos fueron llevados juntamente en el desfile.  Seguía el toro blanco para el sacrificio, y despues las autoridades cautivas, sus jefes y generales capturados con cadenas quienes serian ejecutados antes que finalizara el día  en el sacrificio. Siguiendo a ellos venían los músicos y los  sacerdotes columpiando sus incensarios con un dulce y oloroso incienso ardiendo en ellos. Para las victimas conquistadas el incienso tiene el hedor de muerte esparciéndolo todo sobre ellas..  Para el ejército victorioso la fragancia tiene el aroma dulce de victoria.  Finalmente, El general vencedor desfila en un carruaje manejado por cuatro caballos blancos.  Su familia y su ejercito lo seguían usando sus decoraciones y gritando  triunfo!  triunfo!

Cristo es el vencedor universal marchando en triunfo, a través de los corredores en el tiempo del mundo vencido.  El está en el principio y nosotros, sus guerreros escogidos marchando atrás de él, gozándonos del beneficio de su conquista.  Aquellos que marchan en la procesión de Cristo están emitiendo  toda la fragancia dulce del conocimiento de él.

Por que estamos “en Cristo” estamos en unión con él.

Nosotros triunfamos solamente si habitamos en él.