Justificar significa hacer justo, o demostrar la justicia de
alguien. Es evidente que la obediencia perfecta a una ley justa constituiría a
uno en una persona justa.
¿Cómo podemos ser justos?
Lucas 18:9-14 “A unos que confiaban en sí mismos como
justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres
subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo,
puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque
no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este
publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los
ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí,
pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro;
porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será
enaltecido.”
Los fariseos no se han extinguido; hay muchos en estos días
que esperan obtener la justicia por sus propias buenas obras. Confían en sí
mismos de que son justos.
"¿Ves lo bueno que he sido en los últimos días? Espero
que me aceptes ahora".
No hay justicia en nosotros aunque “cumplamos” la ley.
Dios no acepta nuestra “justicia” propia Dios no acepta nuestros “actos” de justicia La Ley es Justa
y Santa... pero no puede impartir Justicia Cristo el autor de la Ley es Justo y
Santo, y como autor de la Ley es también el autor de nuestra Justicia 1Juan 1:9
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad.”
Mat. 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
Jer. 33:14-16 “He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo
confirmaré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de
Judá. En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia,
y hará juicio y justicia en la tierra. En aquellos días Judá será salvo, y
Jerusalén habitará segura, y se le llamará: Jehová, justicia nuestra.”
Isaías 61:10 “En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se
alegrará en mi Dios; porque me vistió com vestiduras de salvación, me rodeó de
manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus
joyas.”
Cristo No cubre nuestro pecado con su Justicia, sino que lo
remueve y nos da la condición de como si nunca hubiéramos pecado Zacarías 3:1-5
“Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová,
y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. 2 Y dijo Jehová a Satanás:
Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda.
¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? 3 Y Josué estaba vestido de vestiduras
viles, y estaba delante del ángel. 4 Y habló el ángel, y mandó a los que
estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le
dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de
gala. 5 Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra
limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová estaba
en pie.”
2 Cor. 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
Rom. 5:17-19 “Pues si por la transgresión de uno solo reinó
la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben
la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Así que, como por la transgresión
de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la
justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así
como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos
pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituídos justos.
Fil. 3:8,9 “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como
pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor
del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser
hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que
es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe”
En efecto, el hecho de que Cristo sea parte de la divinidad,
poseyendo todos los atributos de ella, igual al Padre a todo respecto como
Creador y Legislador, es la razón básica del poder de la expiación. Solamente
así es posible la redención. Cristo murió "para llevarnos a Dios" (1
Ped. 3:18); pero si le hubiera faltado un ápice para ser igual a Dios, no nos
hubiera podido traer a Dios. La divinidad significa la posesión de los
atributos de la Deidad. Si Cristo no hubiese sido divino, entonces habríamos
tenido solamente un sacrificio humano. Poco importa que se conceda el que
Cristo fuese la más grande inteligencia creada en el universo; en ese caso
hubiera sido meramente un ser en obligación de lealtad a la ley, sin
posibilidad de mayor virtud que la de cumplir su propio deber. No habría podido
tener justicia que impartir a otros. Hay una distancia infinita entre el más
exaltado ángel que jamás haya sido creado, y Dios; por lo tanto, el ángel más
exaltado que que posa imaginar no podía levantar al hombre caído y hacerlo
partícipe de la naturaleza divina. Los ángeles pueden ministrar, pero sólo Dios
puede redimir. A Dios sean dadas gracias por salvarnos "por la redención
que hay en Cristo Jesús," en quien habita toda la plenitud de la divinidad
corporalmente, y quien es en consecuencia capaz de salvar hasta lo sumo a los
que vienen a Dios por él.
1Cor. 15:47 “El primer hombre es de la tierra, terrenal; el
segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.”
1Cor. 15:49 “Y así como hemos traído la imagen del terrenal,
traeremos también la imagen del celestial.”
Rom. 3:21-31 “Pero ahora, aparte de la ley, se ha
manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; 22
la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen
en él. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su
gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios puso como
propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a
causa de haber passado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26 con
la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo,
y el que justifica al que es de la fe de Jesús. 27 ¿Dónde, pues, está la
jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la
ley de la fe. 28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las
obras de la ley. 29 ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios
de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. 30 Porque Dios es uno, y
él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los
de la incircuncisión. 31 ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna
manera, sino que confirmamos la ley.”
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