19/01/2010

MENSAJES PARA NUESTRA ÉPOCA

La profecía se ha estado cumpliendo puntualmente. Cuanto más nos afirmemos bajo el estandarte del mensaje del tercer ángel, tanto más claramente comprenderemos la profecía de Daniel; porque el Apocalipsis constituye el suplemento de Daniel. Cuanto más plenamente aceptemos la luz presentada por el Espíritu Santo por medio de los siervos consagrados de Dios, tanto más profundas y seguras ­tanto como el trono eterno­ parecerán las verdades de las profecías antiguas; tendremos la seguridad de que los hombres de Dios hablaron inspirados por el Espíritu Santo. Los hombres deben estar sometidos a la influencia del Espíritu Santo a fin de comprender las declaraciones que el Espíritu realizó mediante los profetas. Estos mensajes fueron dados, no para los que formulaban las profecías, sino para nosotros, que vivimos en medio de los acontecimientos que constituyen su cumplimiento.
Siento que no podría presentar estas cosas si el Señor no me hubiera ordenado que realizara esta tarea. Hay otros, además de Ud., y más de uno o dos, quienes piensan tal como Ud., que tienen una nueva luz, y están listos para presentarla al pueblo. Pero a Dios le agradaría que ellos aceptasen la luz que ya ha sido dada, que anduviesen en ella y que basasen su fe en las Escrituras, que han servido de fundamento a las posiciones sostenidas por el pueblo de Dios durante muchos años. El Evangelio eterno debe ser proclamado por los instrumentos humanos. Debemos hacer resonar los mensajes de los ángeles a quienes se presenta volando por en medio del cielo y llevando las últimas amonestaciones para un mundo caído. Si no se nos llama a profetizar, se nos invita a creer en las profecías, y a colaborar con Dios en la tarea de llevar la luz a otras mentes. Estamos procurando cumplir con esto.
Hermano, Ud. puede ayudarnos de muchas maneras. Pero el Señor me ha encargado decirle que Ud. no debe estar concentrado en sí mismo. Tenga cuidado con la forma en que escucha, comprende y asimila la Palabra de Dios. El Señor lo bendecirá si Ud. trata correctamente con sus hermanos. Aquellos a quienes él envió a proclamar el mensaje del tercer ángel, han estado trabajando al unísono con los seres celestiales. El Señor no ha puesto sobre Ud. la tarea de proclamar un mensaje que producirá discordia en las filas de los creyentes. Repito que él no está guiando a nadie con su Espíritu Santo para que forje una teoría que desbaratará la fe en los mensajes solemnes que él ha dado a su pueblo para que los proclame al mundo.
Le aconsejo que no considere sus escritos como una verdad preciosa. No es aconsejable que Ud. perpetúe por medio de la imprenta aquello que le ha costado tanta ansiedad. No es la voluntad de Dios que este asunto sea presentado a su pueblo, porque estorbará precisamente el mensaje de verdad que debe creer y practicar en estos peligrosos días finales...
Continuamente se esgrimirán teorías para apartar la mente y desarraigar la fe. Los que participaron en el desarrollo de las profecías, han llegado a ser lo que son actualmente, adventistas del séptimo día, mediante esas profecías. Deben permanecer firmes, con sus lomos ceñidos con la verdad, y revestidos con toda la armadura. Los que no han tenido esta experiencia, tienen el privilegio de retener con la misma confianza el mensaje de la verdad. La verdad que Dios se ha complacido en dar a su pueblo no debilitará su confianza en la senda por la que él los ha conducido en el pasado, sino que los fortalecerá para permanecer firmes en la fe. Debemos mantener firme hasta el fin aquello que constituyó el comienzo de nuestra confianza.
"Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús" (Apoc. 14: 12). Aquí estamos, bajo el mensaje del tercer ángel. "Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades" (Apoc. 18: 1 - 5).
Mensajes Selectos Tomo 2. Páginas 124 –133.
Ánimo para el pastor Morse
Mientras visitaba el hogar del pastor Washington Morse, me sentí muy enferma. Se ofreció oración en mi favor, y el Espíritu de Dios descansó sobre mí. Fui arrebatada en visión, y se me mostraron algunas cosas concernientes al caso del pastor Morse en relación con el chasco de 1844.
El pastor Morse había sido firme y consecuente en la creencia de que el Señor vendría en ese tiempo; pero cuando pasó el período sin que ocurriera el acontecimiento esperado, estaba perplejo y no podía explicar la demora. Aunque estaba amargamente decepcionado, a diferencia de lo que hicieron algunos, no renuncio a su fe, para llamarla una ilusión fanática; pero se sentía anonadado, y no podía entender la posición del pueblo de Dios en el tiempo profético. Había sido tan ferviente en declarar que la venida del Señor estaba cerca, que cuando el tiempo pasó, se sintió abatido, y no hizo nada para animar a los del pueblo chasqueado, que eran como ovejas sin pastor, abandonados para ser devorados por los lobos.
Nos fue presentado el caso de Jonás. El pastor Morse estaba en una condición similar a la del chasqueado profeta. El había proclamado que el Señor vendría en 1844. El tiempo había transcurrido. El freno del temor, que parcialmente había dominado al pueblo, fue quitado, y la gente se complacía en mofarse de los que habían esperado en vano a Jesús. El pastor Morse sentía que era objeto de burla entre sus vecinos, que lo hacían víctima de las bromas, y no podía reconciliarse con su posición. No pensó en la misericordia de Dios, a quien concedía al mundo un tiempo más largo a fin de que se preparase para su venida, ni pensó que la advertencia del juicio sería escuchado en forma más amplia, y que el pueblo recibiría como prueba una mayor luz. Únicamente pensó en la humillación de los siervos de Dios.
En lugar de sentirse desanimado por este chasco, como lo estaba Jonás, el pastor Morse debía haber hecho a un lado su dolor egoísta, y recogido los rayos de luz preciosa que Dios había dado a su pueblo. Debería haberse regocijado de que al mundo se le concediera más tiempo; y debería haber estado listo para ayudar a llevar adelante la gran obra que aún había de hacerse en la tierra, y traer a los pecadores al arrepentimiento y la salvación.
Notas biográficas de Elena G. De White. Páginas 85-87
Si no os sentís alegres y gozosos, no habléis de vuestros sentimientos. No echéis sombras sobre las vidas ajenas. Una religión fría y sin sol nunca atraerá almas a Cristo. Las ahuyenta de él, induciéndolas a acercarse a las redes que Satanás tendió para los pies de los que se extravían. En vez de pensar en vuestro desaliento, pensad en el poder que podéis pedir en el nombre de Cristo. Que vuestra imaginación se aferre a las cosas invisibles. Que vuestros pensamientos se dirijan a las evidencias del gran amor de Dios hacia vosotros. La fe puede soportar la prueba, resistir la tentación, levantarse después del chasco. Jesús vive como abogado nuestro. Es nuestro todo lo que su mediación consigue.
¿No pensáis que Cristo aprecia a aquellos que viven enteramente por él? ¿No pensáis que él visita a los que, como el amado Juan en el destierro, se hallan por su causa en situaciones tristes y penosas? Dios no dejará solo a ninguno de sus obreros fieles, para luchar contra grandes dificultades y quedar vencido. El guarda como joya preciosa a todo aquel cuya vida está escondida con Cristo en él. De cada uno de los tales dice: "Ponerte he como anillo de sellar: porque yo te escogí.
Obreros Evangélicos pág.493.

Sem comentários:

Enviar um comentário