Texto: Salmo 119:18
Introducción: Primeramente como creyentes tenemos que reconocer que la Biblia es la voz de Dios, dándonos instrucciones para que vivamos una vida victoriosa y podamos heredar las promesas que EL nos ha dado. En la medida en que nosotros nos llenamos de ella, vamos escalando nuevas dimensiones en Dios que denotan la madurez y la integridad de ser un Hijo de Dios. Todo esto es maravilloso. Veamos porque decimos que, es maravillosa la Palabra de Dios.
I. Nacidos por la Palabra
La Palabra es la semilla incorruptible de Dios. Cuando oímos la Palabra de Dios y la recibimos con fe, nuestro espíritu es nacido de nuevo. Es por medio de la Palabra, que Cristo es implantado en nosotros; lo que nos convierte en Nueva Creación. Sucede exactamente en la persona, lo que sucedió en María cuando tuvo la visitación del ángel y ella dijo: "Hágase conmigo conforme a tu Palabra". (Luc. 1:38; Sant. 1:18 y 1 Ped. 1:2-3).
II. Crecemos por la Palabra.
Cuando la Palabra penetra dentro del Creyente, alumbra y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón, de forma tal que quedamos desnudos y tenemos que reconocer la necesidad de un cambio que solo se opera por el oír con fe de la Palabra de Dios. En la misma forma que la comida nos provee crecimiento físico, la Palabra de Dios es el alimento espiritual que hace crecer nuestro espíritu. Por esto es necesario leerla diariamente. Jesús dijo: "No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios". (Mat. 4:4 y 1 Ped. 2:1 2)
III. Nos hace partícipes de la Naturaleza de Dios.
El obtener un conocimiento pleno de la Palabra de Dios nos hace elegibles para participar de la misma naturaleza divina de Dios (2 Ped. 1:4). Esto sucede cuando comenzamos a crecer y a actuar en base a las promesas hechas a nosotros, que son por medio de nuestro Señor Jesucristo. Esto implica que podemos recibir todo lo que Dios es y tiene; su fe, su amor, su gozo, etc., y hacerlo parte de nuestra vida.
IV. Nos da conocimiento y revelación de Dios.
Además de la creación, la Palabra es el testimonio escrito de que hay un Dios (Jn. 14:21). Su integridad y eficacia demuestran la existencia de un ser supremo, creador, real, que transforma a cualquiera que con una fe sencilla toma en serio esta Palabra para aplicarla a su vida. También a medida que la estudiamos, recibimos revelación más profunda de lo que Dios es y crecemos en su conocimiento.
V. Nos Hace Producir Frutos.
Cuando la Palabra está en nosotros, sin lugar a dudas produce frutos en nosotros. Nos capacita para poder enseñar, corregir; nos da sabiduría y también produce gozo y paz para que vivamos en una actitud continua de alabanza. Por medio de ella es que manifestamos el fruto del espíritu en nosotros. (Jn. 15:7 8; 1 Jn. 2:5).
VI. Somos Edificados por la Palabra. Hechos 20:32
La Palabra es el agente creador de Dios, ya que por ella fueron formados los mundos. En la misma forma, ella edifica dentro de nosotros la vida de Jesucristo. Una vida fundada en la Palabra nos va a capacitar para resistir las tormentas que amenazan nuestra vida espiritual. (Mat. 7:24 25)
VII. La Palabra Renueva mi Mente. Romanos 12:2; Santiago 1:21
Nuestra mente es como una computadora que ha sido programada por los años para el pecado, la enfermedad, el fracaso y el negativismo. La única forma de cambiar nuestra mente es reprogramándola con las promesas de la Palabra de Dios. La transformación de todo nuestro ser (espíritu, alma y cuerpo) viene como consecuencia de la renovación mental; y es entonces cuando podemos descubrir cual es la voluntad de Dios para nuestras vidas.
VIII. Recibimos Fe por la Palabra.
La Biblia dice que el justo por su fe vivirá, y también dice que a cada creyente, Dios le dio la medida de fe. Esta fe puede crecer si constantemente escuchamos la Palabra de Dios. Leer Romanos 10: 17. Solo así podemos agradar a Dios, "porque sin fe es imposible agradar a Dios". (Heb. 11: 6)
IX. Nos hace conscientes de nuestra herencia. Hechos 20:32
Nuestra herencia espiritual consiste de todas las promesas de la Biblia. Mientras estudiamos la Biblia, el Espíritu Santo nos revela como cada una de ellas nos pertenece y nos ayudan a tener una vida cristiana más fructífera. (2 Ped. 13)
X. La Palabra nos sana. Salmo 107:20
Como el poder creativo de Dios está en la Palabra, cuando ella es enviada con el Poder del Espíritu Santo, puede corregir cualquier anormalidad en el funcionamiento de nuestro cuerpo físico. El centurión le dijo a Cristo: "Solamente di la Palabra y mi criado sanará". (Mat. 8:8)
XI. Con ella vencemos al diablo. Mateo 4:4
Cuando Jesús se enfrentó al diablo, Él no usó sus atributos divinos. EL venció al diablo confesando la palabra escrita. Igualmente como iglesia, cuando tomamos la Palabra y se la citamos a Satanás y sus demonios tendrán que huir ante la autoridad de la Palabra escrita. (Mar. 11:23).
XII. Nos da vida eterna.
Las palabras de Jesús no son como las palabras de los demás hombres. La Biblia afirma la verdad que la Palabra de Dios es capaz de transformar y dar vida eterna en al presencia de Dios. Leer Juan 5:24; 6:39, 63; 7:45¬-46.
Conclusión: La Biblia es por todo esto y mucho más, maravillosa. Ella, la Biblia, es la Palabra de Dios, es el mensaje de Dios para nosotros. ¿Está usted obedeciendo su mensaje? Si no lo está haciendo, un día esta misma Palabra le traerá a cuentas. Por ello se te dice: “Si hoy, oyes su voz, no endurezcas tu corazón”.
Introducción: Primeramente como creyentes tenemos que reconocer que la Biblia es la voz de Dios, dándonos instrucciones para que vivamos una vida victoriosa y podamos heredar las promesas que EL nos ha dado. En la medida en que nosotros nos llenamos de ella, vamos escalando nuevas dimensiones en Dios que denotan la madurez y la integridad de ser un Hijo de Dios. Todo esto es maravilloso. Veamos porque decimos que, es maravillosa la Palabra de Dios.
I. Nacidos por la Palabra
La Palabra es la semilla incorruptible de Dios. Cuando oímos la Palabra de Dios y la recibimos con fe, nuestro espíritu es nacido de nuevo. Es por medio de la Palabra, que Cristo es implantado en nosotros; lo que nos convierte en Nueva Creación. Sucede exactamente en la persona, lo que sucedió en María cuando tuvo la visitación del ángel y ella dijo: "Hágase conmigo conforme a tu Palabra". (Luc. 1:38; Sant. 1:18 y 1 Ped. 1:2-3).
II. Crecemos por la Palabra.
Cuando la Palabra penetra dentro del Creyente, alumbra y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón, de forma tal que quedamos desnudos y tenemos que reconocer la necesidad de un cambio que solo se opera por el oír con fe de la Palabra de Dios. En la misma forma que la comida nos provee crecimiento físico, la Palabra de Dios es el alimento espiritual que hace crecer nuestro espíritu. Por esto es necesario leerla diariamente. Jesús dijo: "No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios". (Mat. 4:4 y 1 Ped. 2:1 2)
III. Nos hace partícipes de la Naturaleza de Dios.
El obtener un conocimiento pleno de la Palabra de Dios nos hace elegibles para participar de la misma naturaleza divina de Dios (2 Ped. 1:4). Esto sucede cuando comenzamos a crecer y a actuar en base a las promesas hechas a nosotros, que son por medio de nuestro Señor Jesucristo. Esto implica que podemos recibir todo lo que Dios es y tiene; su fe, su amor, su gozo, etc., y hacerlo parte de nuestra vida.
IV. Nos da conocimiento y revelación de Dios.
Además de la creación, la Palabra es el testimonio escrito de que hay un Dios (Jn. 14:21). Su integridad y eficacia demuestran la existencia de un ser supremo, creador, real, que transforma a cualquiera que con una fe sencilla toma en serio esta Palabra para aplicarla a su vida. También a medida que la estudiamos, recibimos revelación más profunda de lo que Dios es y crecemos en su conocimiento.
V. Nos Hace Producir Frutos.
Cuando la Palabra está en nosotros, sin lugar a dudas produce frutos en nosotros. Nos capacita para poder enseñar, corregir; nos da sabiduría y también produce gozo y paz para que vivamos en una actitud continua de alabanza. Por medio de ella es que manifestamos el fruto del espíritu en nosotros. (Jn. 15:7 8; 1 Jn. 2:5).
VI. Somos Edificados por la Palabra. Hechos 20:32
La Palabra es el agente creador de Dios, ya que por ella fueron formados los mundos. En la misma forma, ella edifica dentro de nosotros la vida de Jesucristo. Una vida fundada en la Palabra nos va a capacitar para resistir las tormentas que amenazan nuestra vida espiritual. (Mat. 7:24 25)
VII. La Palabra Renueva mi Mente. Romanos 12:2; Santiago 1:21
Nuestra mente es como una computadora que ha sido programada por los años para el pecado, la enfermedad, el fracaso y el negativismo. La única forma de cambiar nuestra mente es reprogramándola con las promesas de la Palabra de Dios. La transformación de todo nuestro ser (espíritu, alma y cuerpo) viene como consecuencia de la renovación mental; y es entonces cuando podemos descubrir cual es la voluntad de Dios para nuestras vidas.
VIII. Recibimos Fe por la Palabra.
La Biblia dice que el justo por su fe vivirá, y también dice que a cada creyente, Dios le dio la medida de fe. Esta fe puede crecer si constantemente escuchamos la Palabra de Dios. Leer Romanos 10: 17. Solo así podemos agradar a Dios, "porque sin fe es imposible agradar a Dios". (Heb. 11: 6)
IX. Nos hace conscientes de nuestra herencia. Hechos 20:32
Nuestra herencia espiritual consiste de todas las promesas de la Biblia. Mientras estudiamos la Biblia, el Espíritu Santo nos revela como cada una de ellas nos pertenece y nos ayudan a tener una vida cristiana más fructífera. (2 Ped. 13)
X. La Palabra nos sana. Salmo 107:20
Como el poder creativo de Dios está en la Palabra, cuando ella es enviada con el Poder del Espíritu Santo, puede corregir cualquier anormalidad en el funcionamiento de nuestro cuerpo físico. El centurión le dijo a Cristo: "Solamente di la Palabra y mi criado sanará". (Mat. 8:8)
XI. Con ella vencemos al diablo. Mateo 4:4
Cuando Jesús se enfrentó al diablo, Él no usó sus atributos divinos. EL venció al diablo confesando la palabra escrita. Igualmente como iglesia, cuando tomamos la Palabra y se la citamos a Satanás y sus demonios tendrán que huir ante la autoridad de la Palabra escrita. (Mar. 11:23).
XII. Nos da vida eterna.
Las palabras de Jesús no son como las palabras de los demás hombres. La Biblia afirma la verdad que la Palabra de Dios es capaz de transformar y dar vida eterna en al presencia de Dios. Leer Juan 5:24; 6:39, 63; 7:45¬-46.
Conclusión: La Biblia es por todo esto y mucho más, maravillosa. Ella, la Biblia, es la Palabra de Dios, es el mensaje de Dios para nosotros. ¿Está usted obedeciendo su mensaje? Si no lo está haciendo, un día esta misma Palabra le traerá a cuentas. Por ello se te dice: “Si hoy, oyes su voz, no endurezcas tu corazón”.
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